La duda sobre la fortaleza de una misma queda atrás; la confianza en una misma es lo que importa.
El Lucky Girl Syndrome es, en esencia, una mezcla entre la ley de la atracción y la ley de la asunción. La primera sostiene que el pensamiento positivo atrae resultados positivos. La segunda afirma que aquello que asumimos como cierto se convierte en nuestra realidad.
El optimismo y el pensamiento positivo pueden ayudarnos a mejorar la autoestima y la salud mental. Existen ciertos elementos dentro del Lucky Girl Syndrome que pueden guiarnos hacia una mentalidad más positiva.
Dos de los más importantes son la manifestación y las afirmaciones positivas.
“Cuando enfocamos nuestra energía en lo que deseamos y en cómo eso generaría un cambio emocional real, obtenemos claridad y llegamos a un punto en el que tomamos decisiones y transformamos nuestros hábitos de pensamiento hacia otros más positivos, que finalmente respaldan la manifestación”, explicó la consejera en recuperación emocional Erica Spiegelman en una entrevista.
Al practicar estos ejercicios, es fundamental utilizar un lenguaje positivo en tiempo presente, sin olvidar que también existe un trabajo real y aplicado que forma parte del proceso.
Algunas frases que pueden servir de inspiración:
- Soy tan afortunada.
- Todo siempre resulta de la mejor manera para mí.
- Mis sueños se están haciendo realidad.
- Estoy atrayendo amor incondicional.
- Tengo todo lo que necesito.
Aunque la percepción que tenemos de nosotras mismas influye en cómo vivimos, no es lo único que lo determina, y conviene tenerlo en cuenta.
Finalmente, debemos asegurarnos de no caer en una “positividad tóxica” bajo la idea del lucky girl. “Hoy en día existe muchísima presión por mantenerse siempre positivo. Muchas personas terminan sintiéndose insuficientes cuando no logran sostener esa actitud en todo momento”, escribió para nosotros la doctora Jennifer Galván.
Hay espacio para que convivan distintas emociones. Podemos reconocer los beneficios de una actitud positiva y, al mismo tiempo, normalizar los sentimientos negativos.